Estrés en gatos, cuales son las causas y cómo reconocerlas

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Un gato que se encuentra en un estado profundo de angustia y estrés puede mostrar una amplia variedad de signos, que no necesariamente están siempre presentes y pueden exhibirse con diferente intensidad y frecuencia de un individuo a otro.

Cuando un animal está en un estado de estrés ocurren cambios fisiológicos destinados a preparar al animal para responder al peligro percibido.

La frecuencia cardíaca se acelera con el consiguiente aumento del gasto cardíaco, la respiración se vuelve más frecuente, las pupilas se dilatan y la agudeza sensorial aumenta.

Estos son los signos obvios en un gato estresado

LA comportamientos compatible con un estado de estrés y ansiedad en el gato puede incluir: mayor estado de alerta, capacidad de respuesta, actividad motora y exploración ambiental, que pueden manifestarse con conductas de excesiva atención y control y excesiva demanda de atención.

gato de estrés

De manera similar, el animal estresado o ansioso puede mostrar inhibición del comportamiento, timidez, prudencia, reacciones de evitación, tendencia a endurecerse (congelación), esconderse y huir, orinar fuera de la caja de arena, exhibir comportamientos agresivos o lamer o acicalarse exageradamente.

Otros signos que se pueden ver en un gato estresado o ansioso son: lamerse los labios, tragar con frecuencia, salivación, diarrea, vómitos, sibilancias, temblores y vocalizaciones.

Además, el gato estresado o no los animales estresados ​​pueden cambiar sus hábitos alimenticios, comer o beber menos, o no comer nada.

Estrés en gatos: ¿cuáles son las causas más frecuentes?

Son muchos los motivos que pueden llevar a un gato al estrés, pero los más frecuentes son:

  • convivencia forzada con otros gatos u otras mascotas;
  • ausencia de condiciones ambientales favorables;
  • comportamiento del propietario;
  • cambios en la rutina diaria o entorno como mudarse de una casa a otra.

Cuando el estrés en gatos se convierte en un problema

La respuesta al estrés se vuelve problemática cuando un animal no puede controlar o escapar de la situación a través de una respuesta conductual adecuada.

En estos casos, ocurren efectos negativos, como consecuencia de la respuesta prolongada al estrés, sobre la salud física y emocional del individuo.

Además, la respuesta al estrés no decae, sino que se prolonga y se vuelve crónica.

La perpetuación de respuestas fisiológicas relacionadas con El estrés puede tener efectos nocivos o patológicos en el animal., como es el caso del desarrollo del síndrome idiopático del tracto urinario inferior en gatos.

En pocas palabras: si nota que su gato muestra signos de estrés o comportamiento anormal, esto es muy importante consulte a un veterinario conductual.